Albañil pegando un ladrillo en el muro. Imagen: inegtiac.cl |
ALBAÑILES
Siempre ha habido gran demanda por albañiles expertos en tierras bíblicas a través dc los años. La construcción de paredes, casas y para los bancales por lo regular requieren piedra y ladrillo. Este asunto es de interés para el que estudia la Biblia por causa las numerosas referencias ilustrativas contenidas en ella.
Cimentación y piedras de esquina.
Al edificar los cimientos de una construcción es muy importante cavar la tierra hasta encontrar la roca; de otra manera el encogimiento y la expansión debido a calores del verano y a las lluvias invernales, dañarán la construcción, Jesús habla de un buen albañil quien “cavó y ahondó y puso el fundamento sobre la peña” (Luc. 6:48). Se cavan profundamente unas trincheras llenándolas con piedra y cal, dejándolas luego fraguar a voluntad. Estando todo esto bajo la superficie del terreno se hace invisible después, y de allí que se considere falta de cortesía que un hombre construya sobre los cimientos de otro, como menciona Pablo en Roma. 15:20. La piedra de esquina es otra parte importante del trabajo del albañil de que hablan las Escrituras. Cuando se pone la primera capa de piedras rectangulares sobre la cimentación, se a se selecciona una piedra ancha y cuadrada para cada esquina donde se unen las paredes. Una piedra cuadrada más delgada se pone por lo regular en cada esquina de la parte superior de las hileras de piedras donde descansarán las vigas del techo. Al labrar las rectangulares que forman el volumen mayor de las paredes, es fácil que el albañil pase por alto la piedra apropiada para esquinero, y no la note a causa de su forma indeseable. Así el salmista “La piedra que desecharon los edificadores, ha venido a ser cabeza del ángulo” (Sal. 118:22).
Equipo de albañil.
La plomada se compone de un pequeño cono de plomo invertido que se asegura por una cuerda a una pieza cilíndrica de madera hecha del mismo diámetro. El albañil aplica la pieza de madera a la piedra recién fijada, y el plomo suspendido debe muy apenas tocar la pared. Para que permanezca toda la pared, debe pasar la prueba de la plomada. El profeta Amós comparó la prueba de Israel por el Señor con el uso de la plomada de albañil. “He aquí, y opongo plomada de albañil en medio de mi pueblo Israel” (Amós 7:8). El profeta Ezequiel describe a un hombre usando una caña de medir (Ezeq. 40:3). Esta fue usada por el albañil al poner los cimientos y construir las paredes. Es una caña recta como de seis metros de largo, y se usa para medir espacios entre paredes, y especialmente entre ventanas y puertas. Algunas veces se usa una caña más corta. Los profetas dijeron de parte del Señor: “Y extenderé sobre Jerusalén el cordel de Samaria” (2 Reyes 21:13) Evidentemente éste era un cordel nivelador que se tendía desde las piedras hasta cada término de la pared que era construida. Se usaba en unión de la plomada.
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