Personas trabajando el metal. Imagen: capsuladelengua.com |
TRABAJADORES EN METAL
Un estudio del trabajo con metales debería principiarse con “Tubal Cain, acicalador de toda obra de metal y de hierro” (Gén. 4:22). Los orientales que vivieron hace tres o cuatro mil años estaban muy avanzados en las artes mecánicas. Alguna obra de estos peritos obreros antiguos, como se ha sacado a luz por los arqueólogos es superior a cualesquiera cosa que se haya producido basta hoy.
Herreros.
En días del rey Saúl los filisteos pusieron en vigor una prohibición contra los herreros hebreos. “Y en toda la tierra de Israel no se hallaba herrero: porque los Filisteos habían dicho: Para que los hebreos no hagan espada o lanza” (1 Sam. 13:19). Los filisteos requerían de los hebreos que trajesen sus rejas y sus azadones a la región de Ramla para afilarlos, y este distrito, en el valle de Ajalón, se distinguió muchos años después como el Valle de los Forjadores. Pero los herreros judíos estaban muy activos en tiempos de Isaías porque él dijo: “El herrero tomará la tenaza, obrará en las ascuas, darále forma con los martillos” (Isa. 44:12) Isaías también se refiere al yunque del herrero (Isa. 41:7), y Jeremías hace mención de los fuelles (Jer. 6:29). El tipo primitivo de yunque que se ha usado por siglos es simplemente un cubo de hierro que se ha insertado en una sección de tronco de encino. El viejo tipo de fuelles que es accionado con la mano, está hecho de piel, ya sea de cabra o de vaca dejándole el pelo.
Caldereros.
Moisés describe la tierra de Canaán como “tierra que sus piedras son hierro, y de sus montes cortarás meta” (Deut. 8:9). A lo largo del Wadi Araba, que llega hasta el Golfo de Akaba, han sido descubiertos depósitos de hierro y cobre. Se excavaron en Tel el Kheleifeh, que es el sitio de la antigua Ezión Geber, la ciudad puerto del rey Salomón, ha revelado que las refinerías de cobre y de hierro de Salomón allí habían sido establecidas. Los edificadores de las fundiciones en Ezión-Geber alineaban sus hornos hacia el aire que prevalecía, que procedía del noroeste, aire que continuamente soplaba al través de los hoyos, mantenía el fuego en los hornos constantemente ardiendo. Así es que en aquellos días se empleaba el mismo principio esencialmente como el de los hornos de aire de Béssemer en los tiempos modernos. El rey Salomón debe haber mantenido un magnífico negocio de cobre. Dice la Escritura: “Y todos los vasos que Hiram hizo al rey Salomón, para la casa de Jehová, de metal acicalado (i.e. cobre bruñido)” (1 Reyes 7:45).
Plateros y orfebreros.
Nehemías menciona la presencia de estos orfebres (Neh. 3:8, Bover), y el más famoso ejemplo de plateros era Demetrio, cuyo negocio fue amenazado por el trabajo evangélico del apóstol Pablo (Hech. 19:24). El apóstol Pedro usó el trabajo de un orfebre como una ilustración de la prueba de la fe cristiana. “Para que la prueba de vuestra fe, mucho más preciosa que el oro, el cual perece. . . sea hallada en alabanza, gloria y honra” (1 Ped. 1:7). El apóstol describe a los antiguos orfebres que ponen su oro imperfecto en un crisol para fundirlo. Cuando todas las impurezas salen a la superficie, el oro es desnatado. Cuando el trabajador puede ver su cara reflejada claramente en la superficie del líquido fundido, lo saca del fuego, sabiendo que ahora ha quedado solamente el oro puro.
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