Partido político Chileno |
(SóloLaBiblia/AgenciaOrbita)El ingreso de los cristianos y especialmente evangélicos a la política, no a ha estado exento de dificultades, pues claramente en este mundo, más que en el católico, se marca una clara diferencia con los políticos tradicionales, a pesar de que en su cúpula, obispos y pastores.
Todos los días, de una u otra forma, se relacionan con autoridades y parlamentarios, con el gobierno y la oposición, hasta donde, históricamente, han llegado con desventaja, pues no son “los suyos” quienes los reciben, sino personas con fuertes vínculos con la Iglesia católica que ven al mundo evangélico solo como un referente electoral que, como bien dice el manifiesto Aire Cristiano y política, son considerados “cristianos de segunda clase.
No hay que recurrir a la Biblia para confirmar la actuación política de los representantes de Dios ante las autoridades terrenales. Desde las negociaciones de Moisés para sacar al pueblo de Israel de Egipto, donde, utilizando el respaldo divino, combina la oferta pacifica con acciones de fuerza que le permiten, finalmente, terminar con la esclavitud y doblegar al Faraón y sus ejércitos.
El mismo Jesús prepara personalmente a los elegidos que se reparten por la tierra transmitiendo su mensaje de amor y de cambio, lo que, al ser percibido por las autoridades como una amenaza al sistema, los persiguen, encarcelan y crucifican, sacrificios que enfrentan de pie y aferrados a una fe superior que les permite enfrentar los sufrimientos, persecuciones, reyes, imperios y gobiernos.
De esas grandes potencias ya no se habla y sus representantes fueron tragados por la historia, mientras los que siguen a Jesucristo permanecen de pie y dos mil años después, sus principios y valores se encuentran en franca expansión, con verdaderos cristianos dispuestos a enfrentar un mundo corroído por el materialismo, el lucro, los excesos y la corrupción, donde, la voz de nuestra fe, se hace más necesaria que nunca.
La participación de cristianos en política no debiera asombrar a nadie, pues los seguidores de Jesucristo jamás van a renunciar a sus creencias por un interés terrenal, sino por el contrario, son precisamente estos valores los que deben penetrar al mundo material para transformar el odio en amor, la injusticia en justicia y al ateo en creyente.
Por esto, Aire Cristiano más que un partido, es un movimiento de fe que busca encausar el mensaje del mundo cristiano, terminar con tratos discriminatorios y ofrecer al pueblo de Dios un espacio que no puede llenar una sola iglesia, un solo pastor o una sola propuesta, sino que debe ser la suma de todas ellas, lo que permitirá, en el corto plazo, superar las divisiones, apartar las ovejas negras de los verdaderos ministros del señor, proyectando el liderazgo de rostros nuevos que, con fe en Cristo y al servicio de la gente, serán percibidos como los continuadores del mensaje que nos entregará hace dos mil años el hijo de un carpintero que, desde su sencillez, no tuvo miedo de enfrentar al mayor imperio de su época, con un mensaje de amor y de paz, de unidad entre los hombres, de esperanza y justicia para los que sufren. Ese mensaje, del Hijo de Dios, Aire Cristiano hace suyo para transmitirlo por nuevas vías hacia quienes realmente lo necesitan y donde nuestros ministros han levantado sus iglesias.
Las injusticias sociales, las necesidades diarias en las poblaciones y su pobreza, el sufrimiento de los privados de libertad, el consejo y apoyo espiritual que necesitan los desesperados, la desesperanza de jóvenes consumidos por el alcohol y las drogas; la violencia que vemos a diario en todos los lugares de Chile necesita nuestro mensaje y allí es donde debemos hacer nuestro trabajo, llevar el mensaje de Cristo y renovar la esperanza a quienes lo necesitan.
La adhesión en Aire Cristiano de importantes concilios y confraternidades de pastores en ciudades importantes de Chile; de jóvenes, mujeres, profesionales, artistas y trabajadores que asumen estos valores como forma de vida, nos indica que hemos sido escuchados, que estamos en el camino correcto y que este apoyo reside, precisamente, en la bendición de Dios. Hoy, el movimiento recibe todos los días nuevas bendiciones, se ha decantado y cuenta con líderes respetados e intachables. Eso nos enorgullece y por eso trabajamos.
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