google.com, pub-3838220590989262, DIRECT, f08c47fec0942fa0 Sólo La Biblia: El ciego Bartimeo (Reflexión)

El ciego Bartimeo (Reflexión)

EL CIEGO BARTIMEO DETERNOS ANTE EL GRITO DEL MARGINADO. Marcos 10: 46-52

Se dice de este hombre que está sentado junto al camino “ παρὰ τὴν ὁδόν”  son los mismos términos y la misma construcción que aparece en la parábola del sembrador cuando se dice que hay semilla que cae junto al camino “παρὰ τὴν ὁδόν” pero las aves del cielo la arrebatan. A este hombre que yace al lado del camino le ha sido arrebatada la dignidad humana que confiere el mensaje de Jesús, y le ha sido arrebatada por aquellos que están en la cima de la elite social (aves de los cielos) a quienes no conviene que el mensaje liberador de Jesús desestabilice sus estructuras de opresión. 

La esperanza que Jesús había despertado en el mendigo ciego Bartimeo era imparable. Nadie podía acallar  aquel grito. Cuando oyó que quien pasaba por allí era Jesús, encontró su oportunidad y comenzó a dar voces y gritos... pero el grito o los gritos del necesitado molestan a aquellos  que creen que están en una mejor posición que la del necesitado. Dice el texto que “muchos le reprendían” y es que la necesidad de muchos es a la vista de otros como algo insignificante,  carente de todo valor,  cuando en nuestro criterio de valores las peticiones de otros no están a la altura de las mías las juzgo como “pequeñeces” Bartimeo no estaba pidiendo que se le descargara de sus pecados, tampoco que se le asegurara la  vida eterna, solo buscaba la compasión que le hiciera un hombre útil de nuevo tan solo “recobrar la vista” algo muy insignificante para muchos , no se debe molestar al maestro con esas “pequeñeces” pero Bartimeo no hacía caso, no podía obedecer... era su gran oportunidad, declararse en rebeldía contra los que querían acallar su grito. 

Jesús se detuvo ante aquel que le ha sido arrebatada  toda dignidad.  Son muchos (demasiados  tal vez), de sus seguidores, los que no se detienen ante este grito. Él dio ejemplo.  Ejemplo que de no seguirse, puede hacer caminar  por el mundo con una fe muerta, eliminada por los excesivos rituales insolidarios  e hipócritas.  Hagamos que el exagerado volumen de nuestras alabanzas haga inaudible  el lamento del que sufre. Detenerse como lo hizo Jesús. Es lo que creo, que deberían hacerse 

Es una pena que ese grito hoy sea silenciado, quizás porque no ha encontrado eco a su clamor. Se les ha destrozado la garganta y el corazón... pero Jesús se paró. Jesús se detuvo para sorpresa de la multitud. Nunca fue sordo al grito del marginado. Nunca pasó de largo. Corresponde a sus seguidores parase  al lado del lacerado, del apaleado y tirado a los márgenes del camino, y hacer visible y real el contenido de su fe aquí en esta tierra.

¿Soy yo de los que se detienen ante el grito del marginado y  sufriente, o soy de los que tratan de callarlo?                                                                
                                                                                                                             
Fabio Restrepo Maestría en filosofía, licenciatura en filología pura, licenciatura en Sacra Scriptura, profesorado en antropología cultural.

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