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¿Cuánto tiempo hay que orar antes de recibir la respuesta?


Teníac cuarenta años cuando tomó por mujer a Rebeca, hija de Betuel, arameo de Padán-aram, hermana de Labán arameo. Y oró Isaac al SEÑOR en favor de su mujer, porque ella era estéril; y lo escuchó el SEÑOR, y Rebeca su mujer concibió…   Isaac tenía sesenta años cuando ella los dio a luz.

 (Gén. 25:20-21, 26b LBLA)


Yitsjak era un hombre de oración.

Cuando Eliezer estaba volviendo de su misión de buscarle una esposa, Yitsjak estaba en el campo meditando (24:63). No estaba haciendo meditación trascendental, yoga o algo por el estilo. Aunque esas prácticas pudieran contener algo positivo, son del maligno y hay que rechazarlas completamente. Yitsjak salió al campo por la tarde para estar sólo con el Eterno y pensar profundamente sobre las cosas importantes de la vida.

El hecho de que la Torá menciona que fue por la tarde ha creado la idea de que fue él que instituyó la oración de la tarde, minjá. La Torá dice que Avraham se levantaba por la mañana (Gén. 19:27; 21:14) de lo cual viene la práctica de orar la oración de la mañana, shajarit. Más adelante habla de Yaakov que luchó con el ángel por la noche, de donde viene la oración de la noche, arvit.

La oración es la manera de comunicarse con el Creador. Sirve para bendecirle, desahogarse con él, recibir fuerzas, entrar en equilibrio, interceder por otros, pedir ayuda etc. Hay muchos tipos de oración y debemos aprender a desarrollar una vida de oración multifacética para que el Eterno pueda cumplir, a través de nosotros, Su voluntad en la tierra como se cumple en el cielo.

Yitsjak es un ejemplo para nosotros de un hombre que sabía orar. Su esposa Rivká era estéril y, humanamente, era imposible que tuviera hijos. ¿Cómo las promesas a Avraham podrían ser cumplidas si el único hijo de la promesa tenía una mujer estéril? La única manera de poder resolver esta crisis era orar.

En lugar de sentarse con los brazos cruzados esperando el cumplimiento de la promesa, Yitsjak oró delante de su mujer. El texto hebreo usa aquí una palabra interesante: vayeatar ויעתר   que significa “y oró intensamente, insistentemente, abundantemente, vehementemente”. Esto nos enseña que las promesas del Eterno no son fáciles de ver realizadas. Siempre hay un precio que pagar y un sacrificio para dar. Todo nacimiento en este mundo caído tendrá que pasar por dolores de parto. Los dolores en la oración intensa y la tentación para desesperar al no recibir la respuesta inmediata o a corto plazo, pueden abortar muchas intervenciones divinas.

Las instrucciones y el ejemplo de nuestro Rabino sobre la oración nos enseñan que para obtener respuesta desde el cielo, hay que orar con intensidad, entrega y, muchas veces, con dolores y angustias. ¿Por qué es así? No lo sé bien. Pero sí sé que este es el camino para la oración. Creo que tiene que ver con la situación en la cual el mundo está actualmente con los impedimentos espirituales, sicológicas, físicas y materiales que existen.

Como la oración enérgica y ferviente de un hombre justo puede lograr mucho (Jacobo 5:16-18) la oración de Yitsjak tuvo éxito después de veinte años de insistencia. Empezó a orar a los cuarenta años pero no vio el resultado hasta los sesenta.

Querido discípulo, no te desanimes en tu oración. Si oras según las promesas y la voluntad del Eterno, tendrás tu respuesta aunque se demore. No pienses que el Eterno no te haya escuchado o que no desee ayudarte. Sigue insistiendo según lo que te ha revelado de su Palabra y finalmente obtendrás lo que has pedido, aunque tengas que orar veinte años, como nuestro padre Yitsjak.

El ciego Bartimeo (Reflexión)

EL CIEGO BARTIMEO DETERNOS ANTE EL GRITO DEL MARGINADO. Marcos 10: 46-52

Se dice de este hombre que está sentado junto al camino “ παρὰ τὴν ὁδόν”  son los mismos términos y la misma construcción que aparece en la parábola del sembrador cuando se dice que hay semilla que cae junto al camino “παρὰ τὴν ὁδόν” pero las aves del cielo la arrebatan. A este hombre que yace al lado del camino le ha sido arrebatada la dignidad humana que confiere el mensaje de Jesús, y le ha sido arrebatada por aquellos que están en la cima de la elite social (aves de los cielos) a quienes no conviene que el mensaje liberador de Jesús desestabilice sus estructuras de opresión. 

La esperanza que Jesús había despertado en el mendigo ciego Bartimeo era imparable. Nadie podía acallar  aquel grito. Cuando oyó que quien pasaba por allí era Jesús, encontró su oportunidad y comenzó a dar voces y gritos... pero el grito o los gritos del necesitado molestan a aquellos  que creen que están en una mejor posición que la del necesitado. Dice el texto que “muchos le reprendían” y es que la necesidad de muchos es a la vista de otros como algo insignificante,  carente de todo valor,  cuando en nuestro criterio de valores las peticiones de otros no están a la altura de las mías las juzgo como “pequeñeces” Bartimeo no estaba pidiendo que se le descargara de sus pecados, tampoco que se le asegurara la  vida eterna, solo buscaba la compasión que le hiciera un hombre útil de nuevo tan solo “recobrar la vista” algo muy insignificante para muchos , no se debe molestar al maestro con esas “pequeñeces” pero Bartimeo no hacía caso, no podía obedecer... era su gran oportunidad, declararse en rebeldía contra los que querían acallar su grito. 

Jesús se detuvo ante aquel que le ha sido arrebatada  toda dignidad.  Son muchos (demasiados  tal vez), de sus seguidores, los que no se detienen ante este grito. Él dio ejemplo.  Ejemplo que de no seguirse, puede hacer caminar  por el mundo con una fe muerta, eliminada por los excesivos rituales insolidarios  e hipócritas.  Hagamos que el exagerado volumen de nuestras alabanzas haga inaudible  el lamento del que sufre. Detenerse como lo hizo Jesús. Es lo que creo, que deberían hacerse 

Es una pena que ese grito hoy sea silenciado, quizás porque no ha encontrado eco a su clamor. Se les ha destrozado la garganta y el corazón... pero Jesús se paró. Jesús se detuvo para sorpresa de la multitud. Nunca fue sordo al grito del marginado. Nunca pasó de largo. Corresponde a sus seguidores parase  al lado del lacerado, del apaleado y tirado a los márgenes del camino, y hacer visible y real el contenido de su fe aquí en esta tierra.

¿Soy yo de los que se detienen ante el grito del marginado y  sufriente, o soy de los que tratan de callarlo?                                                                
                                                                                                                             
Fabio Restrepo Maestría en filosofía, licenciatura en filología pura, licenciatura en Sacra Scriptura, profesorado en antropología cultural.