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¿Yeshúa dio un mandamiento Nuevo?
Juan 13:34 “Un mandamiento nuevo os doy: que os améis los unos a los otros; que como yo os he amado, así también os améis los unos a los otros.”?
El no añade un nuevo mandamiento para que sean 614, porque ya fue dicho: “amarás a tu prójimo como a ti mismo”, sino habla de un mandamiento nuevo. Uno de los mandamientos es renovado para que sea como nuevo. Lo nuevo que es introducido por el Mesías es la aplicación del mandamiento: “como yo os he amado”. Él está dando nueva vida a un mandamiento antiguo, y está dando la aplicación perfecta a ese mandamiento de una nueva manera. El mismo principio se encuentra en 1 Juan 2:7-8 donde está escrito:
“Hermanos, no os escribo mandamiento nuevo, sino el mandamiento antiguo que habéis tenido desde el principio; este mandamiento antiguo es la palabra (Torá) que habéis tenido desde el principio. Sin embargo, os escribo un mandamiento nuevo, que es verdadero en él y en vosotros, porque las tinieblas van pasando, y la luz verdadera ya alumbra.”
No se trata de una nueva Torá o un nuevo mandamiento, sino el que los hijos de Israel hemos tenido desde Sinái y que hemos oído desde el principio, desde Bereshit, Génesis.
Cuando el shaliaj Shaúl habla de una revelación que no había sido dada en tiempos pasados, no significa que esa verdad no se pueda encontrar en la Torá, sino que otros no lo habían visto con claridad. Esta verdad eterna se encuentra en la Torá de Moshé, pero no había sido revelada antes a los profetas con la misma claridad como ahora, como está escrito en Efesios 3:4-6:
“En vista de lo cual, leyendo, podréis comprender mi discernimiento del proyecto secreto del Mesías, que en otras generaciones no se dio a conocer a los hijos de los hombres, en la misma medida que ahora ha sido revelado a sus santos emisarios y profetas por el Espíritu; a saber, que los gentiles (convertidos por medio del Mesías) son coherederos (con los judíos) y miembros del mismo cuerpo (de Israel), participando igualmente de la promesa (porque ahora se encuentran) en el Mesías Yeshúa mediante (la conversión que hayan experimentado por medio de recibir) las buenas nuevas.”
En Colosenses 1:26-27 está escrito:
“el misterio que ha estado oculto desde los siglos y generaciones pasadas, pero que ahora ha sido manifestado a sus santos, a quienes Elohim quiso dar a conocer cuáles son las riquezas de la gloria de este misterio entre los gentiles (convertidos por medio del Mesías), que es el Mesías en vosotros, la esperanza de la gloria.”
La base de estos dos textos se puede encontrar, entre otros lugares, en Génesis 12:2-3 donde está escrito:
“Haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición. Bendeciré a los que te bendigan, y al que te maldiga, maldeciré. Y en ti serán benditas todas las familias de la tierra.”
Como hemos dicho antes, la palabra “benditas”, también puede significar “injertadas”.
La Torá se puede comparar a una habitación oscura que contiene varios muebles. No es posible ver lo que hay en esa habitación hasta que alguien encienda una luz. Y cuanta más luz haya, más detalles se verán en la habitación. La revelación se asemeja a la luz. Las cosas estaban allí todo el tiempo pero no se vieron sin que hubiera una revelación. Lo mismo sucede con una película de cámara. Antes de ser revelada, no se ven las fotos que estaban allí todo el tiempo desde que fueron tomadas. De la misma manera es con todo el consejo del Eterno, está escondido en la Torá de Moshé, y las revelaciones posteriores sólo han sacado a la luz lo que ya fue depositado allí. Estas revelaciones sólo pueden ser dadas por el Espíritu del Eterno.
Así que la Torá de Moshé constituye el nivel de mayor autoridad de las Escrituras inspiradas. Ni siquiera el mismo Mesías Yeshúa vino a cambiar o añadir algo de lo que Moshé escribió. Sus palabras no cambiaron nada de lo que fue dado por el Eterno mediante Moshé. Yeshúa no vino para abrogar, sino dar el verdadero significado y la explicación final a lo que su Padre celestial tenía en Su corazón al entregarnos los mandamientos mediante Moshé, como está escrito en Mateo 5:17-19:
“No penséis que he venido para abolir la Torá (de Moshé) o los profetas; no he venido para abolir, sino para cumplir. Porque en verdad os digo que hasta que pasen el cielo y la tierra, no se perderá ni la letra más pequeña ni una tilde de la Torá hasta que toda se cumpla. Cualquiera, pues, que anule uno solo de estos mandamientos, aun de los más pequeños, y así lo enseñe a otros, será llamado muy pequeño en el reino de los cielos; pero cualquiera que los guarde y los enseñe, éste será llamado grande en el reino de los cielos.”
Cuando Yeshúa fue confrontado por hasatán en persona, no le contestó con palabras propias, sino con las palabras de la Torá, y específicamente de Devarim, (ver Mateo 4:1-11). Si Yeshúa, como Mashiaj, tenía más autoridad que las palabras transmitidas por Moshé ¿por qué no le dijo a hasatán: “Vete satanás porqué YO te lo digo”? ¿Por qué nuestro Adón, que es mayor que Moshé, no usó sus propias palabras, sino las de Moshé al enfrentarse con el adversario? Esto nos enseña que la Torá en ningún momento fue desacreditada, descalificada o puesta en un nivel de autoridad inferior a la revelación posterior de las Escrituras, por nuestro Señor y Salvador Yeshúa. Si el mismo Yeshúa HaMashíaj contestó a hasatán con Deuteronomio y venció sobre él, ¡tú también puedes hacer lo mismo!
Así que, el que pone el Nuevo Testamento como superior a las palabras de la Torá dadas por Moshé o considera que tiene mayor autoridad que el Pentateuco, está dando vuelta al edificio poniendo el techo como fundamento, creando así un desorden mental y una confusión teológica.
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