No juzges al prójimo hasta no estar en su lugar. Imagen: Desarrollo Personal |
Mateo 7:1-5 "No juzguéis, para que no seáis juzgados. Porque con el juicio con que juzgáis, seréis juzgados, y con la medida con que medís, os será medido. ¿Y por qué miras la paja que está en el ojo de tu hermano, y no echas de ver la viga que está en tu propio ojo? ¿O cómo dirás a tu hermano: Déjame sacar la paja de tu ojo, y he aquí la viga en el ojo tuyo? !!Hipócrita! saca primero la viga de tu propio ojo, y entonces verás bien para sacar la paja del ojo de tu hermano".
Respecto a juzgar (o condenar) los defectos y malas acciones aparentes del otro, han dicho nuestros sabios: "No juzguéis a tu prójimo hasta no estar en su lugar" . El Jasidismo explica que como uno nunca puede realmente estar en el "lugar" del otro -es decir, nunca puede comprender realmente sus motivos conscientes o inconscientes- uno nunca puede juzgarlo .
Sin embargo, al decir "hasta no estar en su lugar", los sabios dan a entender que uno debería intentar comprender a s
u prójimo de la mejor manera posible y acercarse a su "lugar" lo máximo posible. Acercarse al otro significa relacionarse con él, tanto intelectual como emocionalmente, con empatía y amor .
Al acercarse a otra persona nuestra perspectiva cambia. Comenzamos a apreciarlo más y somos capaces de observar el dictamen de nuestros sabios : "Juzga favorablemente a todos los hombres". Uno comienza a reconocer que los defectos aparentes que ha observado en el otro, son en realidad el reflejo de defectos similares propios, aunque menos aparentes en uno mismo. Puede entonces observar la mitzva/Mandamientos de reprender al prójimo de acuerdo a las enseñanzas del Baal Shem Tov: ante todo uno debe reprenderse a sí mismo por la misma falta y sólo entonces es capaz de reprender a su prójimo en forma constructiva. Esta enseñanza del Baal Shem Tov confiere una percepción adicional al consejo de nuestros sabios : "Primero rectifícate y después rectifica a los demás".
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